sábado, 9 de febrero de 2013

Artistas y política. Todo un negocio


Buenos días, hoy es sábado y tras deleitarme con un desayuno sencillo pero contundente me he puesto a leer el periódico. Menos mal que ya había digerido el café con leche, la magdalena de arándanos y el zumo de naranja, porque hubiera sido una pena arrojarlo (chica, he puesto lo primero que me ha venido a la mente).
La noticia en cuestión va sobre la caída sufrida por el viento de la escultura Homenaje a las victimas del terrorismo de José Ripollés en Castellón. No voy a discutir si se le ha caído a él o a los ingenieros, tampoco si un año es tiempo suficiente o no para que no se mantenga en pie y mucho menos en los estragos del calentamiento global en la naturaleza, los políticos y ciudadanos (esto es otro cantar).
Lo fuerte es que tras dos semana de haber “dialogado”, el entristecido escultor, con su obra ha decidido dejarla en el suelo porque “así se lo ha pedido” (la obra). El Ayuntamiento de Castellon ha dicho que na nai de la China, a lo que el escultor dice que debe quedarse "como había querido la naturaleza", "besando la tierra".
¡Se puede tener más cara dura!


La semana pasada también me sorprendió ingratamente la siguiente noticia:
Calatrava cobró 6 millones de € del gobierno del PSPV por proyectar la Ciudad de las Ciencias”. Por favor si hay un arquitecto a la vista que confirme que el coste de un informe, por muy Ciudad de las Ciencias que sea, se cotiza a tal precio.

En fin amig@s la línea entre la ética y el deber es muy fina, ya seas arquitecto, escultor, político o delincuente.



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