Hoy
ha sido un día de trato con gente un tanto surealista. Me considero una
persona abierta que ha tratado en esta vida con toda clase de personas, pero
hoy han coincidido todas juntas.
Este
trabajo que tengo implica diferentes actividades, desde estar todo el día
sentada en una silla colgada al teléfono, restaurar una caravana desde la
primera capa de pintura hasta la decoración interior: tapicería, flores,
cuadros, cortinas, …, poner en marcha un hinchable de 5 metros de alto por 12
de ancho o hacer trabajo de calle como ha sido hoy el caso. Abstenerse del
chiste fácil, por favor.
Ayer
nos embarcamos F mi jefe, Fl con la que si Dios quiere colaboraremos en un
futuro y P, ni idea de lo que pintaba con nosotros, en el Land Rover de F a
explorar localizaciones por Valencia. Por temas que no vienen al caso llevo
varios meses en contacto con Mariano, hombre de campo que regenta una barraca
en la Albufera donde él mismo prepara paellas, arroces con pato o del senyoret.
Su indumentaria es lo más, ayer mismo nos recibió con unos pantalones
arremangados, sin zapatillas ni camisa y con su Rolex en la muñeca ¡¡Viva
Mariano!!. La primera vez que fui a visitarlo aluciné con el sitio una
barraquita la mar de mona con un jardín inmenso que da a la Albufera. Acababa
de preparar una paella para unos comensales que estaban acabando de comer con
una pinta estupenda, no podía apartar la vista de ella. A quien no lo sepa me
encanta comer, mi compi J da fe de ello y ese día lo vivió conmigo. Acabé con
un tupper para dos personas de paella, merendando trata de manzana y coca en
llanda y la mistela no me la tomé porque soy muy profesional y en horas de
trabajo procuro no beber. No se por qué me ha cogido un cariño especial, la
verdad es que he sido clara y directa en todo momento, que me ha nombrado
exclusivista en cuanto a la contratación de eventos allí, ¡Toma ya!.
Después
nos dirigimos a un invernadero por El Perelló, los tomates del Pere ¡osea!
tiene fama son grandes, rojos y muy sabrosos. Allí nos atendió un descerebrado muy
conocido en el mundillo valenciano, un cachondo que vive de la agricultura más
feliz que unas pascuas. Nos enseñó todo lo que planta sin pesticidas ni
productos químicos: rúcula (la comí directamente de la tierra), albahaca,
acelgas, tomates, … y una flor que se llama la Flor de Senchuan, el ultimo
grito en la alta cocina. Para mi es una droga, por supuesto la probé, la sensación
es de picor al principio y poco a poco se te va durmiendo la boca. Dice que
prepara el paladar para la comida que vas a comer a continuación …. cosas de la
alta cocina. Nos despidió con una ensaladita de tomate, rúcula y ajos para
chuparse los dedos. Ah!! y una cervecita, aquí no pude decir que no.
Y
para rematar la faena nos fuimos a comer al nuevo restaurante del cocinero Raul
Aleixandre, Trenca Dish que hizo de anfitrión junto a su mujer y nos dio de
comer a lo mediterráneo. Chica la mar de agradable.
Algún
día os contaré el resultado de este día. Espero que sea productivo y nos de
mucho trabajo, la salud ya la ponemos nosotros.